La ciudad de Liverpool aún intenta sanar las heridas de un trágico incidente ocurrido durante las celebraciones del título de la Premier League. Paul Doyle, de 54 años, se declaró culpable de 31 cargos relacionados con el atropello masivo de aficionados que festejaban en las calles. El hecho, ocurrido el pasado 26 de mayo, dejó a más de 130 personas heridas, incluyendo niños.
Un Acto de Violencia Calculada
Doyle admitió los cargos de conducción peligrosa, alteración del orden público, 17 cargos de intento de causar lesiones graves con intención, nueve cargos de causar lesiones graves con intención y tres cargos de causar heridas con intención. La fiscalía describió el acto como un "acto de violencia calculada", señalando que Doyle condujo su vehículo contra la multitud de manera deliberada.
Durante la audiencia en el Tribunal de la Corona de Liverpool, Doyle se mostró visiblemente afectado, rompiendo en llanto al responder "culpable" a cada uno de los cargos. El juez Andrew Menary KC le informó que era "inevitable" que enfrentara una pena de prisión significativa.
El Legado de un Día de Celebración Convertido en Tragedia
El incidente tuvo lugar en Water Street, en pleno centro de Liverpool, donde una multitudinaria concentración de hinchas se había reunido para presenciar el desfile del equipo campeón. La alegría y el entusiasmo se transformaron en pánico y dolor cuando Doyle embistió con su Ford Galaxy Titanium a los presentes.
El Liverpool FC emitió un comunicado expresando su solidaridad con las víctimas y agradeciendo la valiente respuesta de los servicios de emergencia y los ciudadanos que ayudaron en el lugar. "Esperamos que la condena de hoy traiga algo de paz a todos los afectados por este horrendo incidente. Nuestros pensamientos están con todos ellos", declaró el club.
La sentencia de Paul Doyle está programada para el próximo mes. Las autoridades han asegurado que se hará justicia en nombre de las víctimas de este terrible suceso que empañó la celebración de un título histórico para el Liverpool FC.
Las investigaciones revelaron que Doyle se había mostrado cada vez más agitado por la multitud antes de conducir deliberadamente hacia las personas.