Boric: Seguridad, Israel y Desafíos Finales de su Gobierno
A medida que se acerca el final de su mandato, el Presidente Gabriel Boric enfrenta desafíos cruciales en materia de seguridad, política exterior y la gestión de promesas incumplidas. Su última cuenta pública se perfila como un momento clave para evaluar sus logros y los obstáculos que aún persisten.
Seguridad: Una Prioridad Constante
Desde su primera cuenta pública, Boric ha enfatizado la seguridad como una prioridad, especialmente tras incidentes impactantes como el ataque a la entonces ministra del Interior Izkia Siches y la trágica muerte de la periodista Francisca Sandoval. A pesar de sus esfuerzos iniciales, como el plan "Menos armas, más seguridad", que no logró el apoyo necesario en el Congreso, la seguridad se ha mantenido como un tema central en su agenda.
El gobierno ha invertido fuertemente en planes como el Plan Contra el Crimen Organizado y Calles Sin Violencia, destinando recursos significativos a instituciones clave como Carabineros, la Policía de Investigaciones y el Ministerio Público. Estos planes, aunque ambiciosos, enfrentan el escrutinio público y la necesidad de demostrar resultados concretos.
Política Exterior: Tensiones con Israel
Recientemente, la decisión de Boric de retirar a los agregados militares de la embajada chilena en Israel ha generado controversia. Esta medida, tomada en respuesta a la ofensiva en Gaza, ha sido criticada por la Comunidad Judía y figuras de la oposición, quienes la consideran una política exterior "ideologizada" que podría dañar las relaciones diplomáticas y afectar la seguridad de los chilenos residentes en Israel.
Críticas y Consecuencias
- La Comunidad Judía expresó su preocupación por el posible aislamiento de Chile y el debilitamiento de la cooperación internacional.
- Se teme que esta decisión dificulte el trabajo conjunto entre las policías, el Ministerio Público y las agencias de inteligencia de ambos países.
El último tramo del gobierno de Boric estará marcado por la necesidad de equilibrar las prioridades internas con una política exterior coherente y responsable, especialmente en un contexto internacional cada vez más complejo.