La icónica artista islandesa Björk celebró su 60 cumpleaños de una manera poco convencional: detallando públicamente una demanda contra el estado islandés relacionada con la controvertida industria de la salmonicultura en el país. La demanda, una de las cuatro respaldadas por el grupo ambientalista AEGIS, fundado por Björk hace dos años, se financia con las ganancias de su canción “Oral”, en colaboración con Rosalía.
Una Lucha Legal Financiada por la Música
Björk ha canalizado todos los ingresos generados por “Oral” hacia la creación de un “nuevo entorno legal para proteger la naturaleza” y evitar que Islandia sea “sumergida en las industrias de piscicultura”. La artista y AEGIS detallaron en una publicación de Instagram los cuatro casos específicos que “Oral” ha logrado apoyar:
- Ayudar a los residentes de Seyðisfjörður a detener la concesión de licencias para una piscifactoría en su municipio.
- Un caso legal en profundidad sobre la planificación espacial marina en Seyðisfjörður.
- El caso del Fondo Islandés para la Vida Silvestre para revocar los permisos de piscifactorías en Tálknafjörður y Patreksfjörður.
- Una demanda contra el estado islandés para detener una piscifactoría en Sandeyri, construida en contra de la voluntad de los lugareños.
Björk ha sido una crítica vocal de la salmonicultura en jaulas abiertas, argumentando que amenaza los ecosistemas al contribuir a la contaminación, propagar enfermedades y permitir que los peces de cultivo escapen. Se ha unido a AEGIS y otros grupos ambientalistas en Islandia para luchar contra esta práctica.
El Legado de “Oral” y la Defensa del Medio Ambiente
En un comunicado, Björk expresó su gratitud a Rosalía por su generosidad y a todos los que apoyaron la causa, superando todas las expectativas. La artista reafirmó su compromiso con la protección del medio ambiente islandés y la lucha contra las prácticas agrícolas insostenibles. La demanda representa un paso importante en la búsqueda de una Islandia más verde y la defensa de sus recursos naturales.
La salmonicultura en Islandia ha generado controversia en los últimos años, con preocupaciones sobre su impacto en el medio ambiente y las comunidades locales. La acción legal de Björk busca desafiar las regulaciones existentes y promover una gestión más responsable de los recursos marinos del país.