General Motors (GM) ha anunciado el cese de la producción de sus furgonetas eléctricas BrightDrop en Canadá, lo que ha generado preocupación en el sector automotriz y entre los trabajadores de la planta de ensamblaje de CAMI en Ingersoll, Ontario. La decisión se produce en un contexto de ralentización del mercado de vehículos eléctricos comerciales y cambios en el marco regulatorio y los incentivos fiscales.
Baja demanda y cambios regulatorios: Las razones de GM
Según la CEO de GM, Mary Barra, el mercado de furgonetas eléctricas comerciales no se ha desarrollado al ritmo esperado. Además, la reversión de aspectos de la Ley de Reducción de la Inflación por parte del expresidente Donald Trump, que ofrecía incentivos federales de hasta $7,500 para vehículos eléctricos, ha afectado la rentabilidad de estos vehículos.
La decisión de GM implica una reevaluación de la planta de CAMI en Ingersoll, que había suspendido la producción en abril y tenía previsto reiniciarla en noviembre. La planta contaba con alrededor de 1,200 trabajadores sindicalizados antes de la suspensión.
Respuesta del gobierno canadiense
Ante este anuncio, el gobierno federal canadiense, junto con miembros del gobierno de Ontario, ha formado un "grupo de respuesta" para abordar la situación. La ministra de Industria, Melanie Joly, ha conversado con el CEO canadiense de GM, el jefe de Unifor (el sindicato que representa a los empleados) y el primer ministro de Ontario, Doug Ford. El objetivo principal del grupo es mantener los empleos en Ontario y buscar un nuevo modelo para la planta de Ingersoll.
Impacto en la industria
La decisión de GM pone de manifiesto los desafíos que enfrenta el mercado de vehículos eléctricos comerciales, incluyendo la incertidumbre regulatoria y la competencia de otros fabricantes como Ford y Rivian. Expertos de la industria anticipan que los costos de los vehículos eléctricos aumentarán, lo que podría afectar su atractivo para los consumidores.
La situación en la planta de CAMI representa un golpe para la economía local y subraya la necesidad de políticas que fomenten la adopción de vehículos eléctricos y apoyen la transición hacia una industria automotriz más sostenible.