El mundo del fútbol argentino se viste de luto para despedir a Miguel Ángel Russo, un nombre sinónimo de pasión, dedicación y un amor incondicional por el deporte. Tras una larga batalla de ocho años contra una dura enfermedad, Russo falleció a los 69 años, dejando un vacío irremplazable en el corazón de miles de hinchas y colegas.
Un Velorio en la Bombonera: El Último Adiós de la Afición
La Bombonera, el emblemático estadio de Boca Juniors, abrió sus puertas para recibir a miles de personas que se acercaron a rendir homenaje a Russo. Desde tempranas horas, hinchas de todos los clubes, directivos, entrenadores y futbolistas destacados se congregaron para despedir al DT. El velorio se realizó en el hall central, donde se vivieron momentos de profunda emoción y reconocimiento.
Juan Román Riquelme, visiblemente afectado, encabezó la delegación de Boca Juniors, acompañado por jugadores y el cuerpo técnico. La presencia de figuras como Ángel Di María y representantes de otros clubes, como San Lorenzo, Rosario Central, Estudiantes y Barracas Central, demostró el respeto y la admiración que Russo supo ganarse a lo largo de su trayectoria.
El Legado de un Apasionado
Más allá de los títulos y los logros deportivos, Miguel Ángel Russo dejó una huella imborrable por su compromiso, su ética de trabajo y su inquebrantable pasión por el fútbol. Una muestra de ello fue el emotivo mensaje compartido por su kinesióloga, Majo Dousdebes, quien publicó un video inédito de sus entrenamientos en Rosario. "Había muchos motivos para rendirte, pero nunca fue una opción para vos. Honraste tu pasión hasta el final", escribió Dousdebes.
En las imágenes, se ve a Russo esforzándose al máximo durante una sesión de rehabilitación, incluso con la tentación de mirar un partido de la Selección Argentina en la televisión. "Cierro los ojos porque si no me pongo a ver fútbol", confesó Russo, demostrando que su amor por la pelota era inagotable.
Los Últimos Deseos de un Futbolero de Ley
Incluso después de su muerte, Miguel Russo sorprendió con sus últimos deseos, vinculados a sus grandes amores: el fútbol y su familia. Su legado perdurará en la memoria de todos aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo y compartir su pasión. El cuerpo del entrenador será trasladado al cementerio de Pilar para su descanso final, pero su espíritu seguirá vivo en cada cancha y en cada corazón futbolero.