Bakú al Rojo Vivo: Viento y Choques Marcaron el Gran Premio
El Gran Premio de Azerbaiyán 2025 quedará grabado en la memoria por su intensidad y peligrosidad. La clasificación batió récords con seis banderas rojas, producto de múltiples accidentes que pusieron a prueba la pericia de los pilotos. Dos curvas en particular, la 4 y la 15, se convirtieron en trampas mortales en las calles de Bakú.
Lando Norris, piloto de McLaren, experimentó de cerca el desafío del circuito, rozando las contenciones en la curva 15 y perdiendo la oportunidad de liderar la parrilla. Sin embargo, más allá de su propia competencia, Norris se tomó el tiempo para analizar los incidentes y brindar su apoyo a Franco Colapinto, el joven piloto argentino que sufrió un fuerte choque en la curva 4.
El Viento: Un Enemigo Invisible y Peligroso
Las condiciones climáticas jugaron un papel crucial en el desarrollo del Gran Premio. Las lloviznas complicaron la adherencia del asfalto, pero fue el viento el factor determinante en muchos de los accidentes. Las ráfagas, impredecibles y cambiantes, desestabilizaron los monoplazas y llevaron a los pilotos al límite.
Norris fue enfático al señalar la influencia del viento: "Es increíble. Ojalá todos pudieran entender lo difícil que fue con el viento. Diría que la mitad de los accidentes que vieron hoy probablemente se debieron al viento".
El Apoyo de Norris a Colapinto Tras el Accidente
El accidente de Colapinto en la curva 4 fue uno de los más impactantes de la jornada. El piloto argentino perdió el control de su Alpine y se estrelló contra las barreras de protección. Norris, consciente de las dificultades que enfrentaban los pilotos, expresó su solidaridad con Colapinto:
"En la curva 4, donde Colapinto se salió, mucha gente bloqueó. Parece una de las peores curvas que he corrido en mi vida, simplemente por los vientos de cola de 50 km/h. Y en la siguiente vuelta, puede que solo sean 10 km/h, y piensas: ‘Ay, puedo ir un poco más rápido’. En la siguiente vuelta vas más rápido, y te estrellas contra el muro".
El Gran Premio de Azerbaiyán demostró una vez más la exigencia y el riesgo inherentes a la Fórmula 1. El talento de los pilotos, la tecnología de los monoplazas y las condiciones climáticas se conjugaron para ofrecer un espectáculo emocionante y lleno de adrenalina.
